jueves, 19 de marzo de 2009

Miguel dice que el menor asfixio a Marta tras ser violada por ambos



El crimen de Marta del Castillo fue un asesinato a sangre fría que se cometió después de que la menor fuese violada. Ésta es la principal conclusión que se extrae del relato de los hechos que Miguel Carcaño Delgado, el principal imputado, realizó en la noche del martes ante el juez que investiga el caso, después de que se llevara a cabo una nueva reconstrucción judicial de los hechos que ocurrieron la tarde del 24 de enero en la vivienda de la calle León XIII.En esta tercera declaración, que tuvo lugar sobre las diez de la noche del martes, Miguel Carcaño culpó de la muerte de Marta al menor de 15 años que está actualmente internado, al que también atribuye haber agredido sexualmente a la joven. El principal imputado en el caso comienza su sórdido relato de los hechos explicando que tanto él como Marta y el menor coincidieron en el piso de León XIII en torno a las ocho y media de la tarde del día 24 de enero. Miguel dice en esta nueva versión que él y el menor tomaron diversas sustancias estupefacientes, habla de haberse fumado entre ambos siete u ocho porros de hachís, cinco o seis pastillas de drogas de diseño y, en su caso, añade que tomó incluso alcohol, en concreto más de un cubata de ron. Marta no había tomado ninguna de estas sustancias, explica el joven de 19 años en la declaración, según han confirmado a este periódico fuentes del caso.Los hechos que derivan en la agresión sexual de Marta se inician, según este nuevo testimonio, cuando los tres jóvenes están sentados en el sofá del salón, frente al televisor, y Miguel intenta besar a Marta, pero ésta le rechaza recordándole que tenía novia, en alusión a la menor de 14 años con la que estaba conviviendo desde hacía algún tiempo en la localidad de Camas. En este punto, Miguel Carcaño asegura que se levantó del sofá “mosqueado” y que, de forma repentina, le propinó un primer puñetazo a Marta en la boca, lo que provocó que sangrara por el labio. A esta agresión, según su testimonio, se une el menor de edad y entre ambos asestan a la adolescente varios golpes, aunque no recuerda el número de veces que le agredieron. A continuación trasladaron a Marta, que en todo este tiempo había permanecido de pie, del salón al dormitorio, donde la violaron. Para consumar la agresión sexual, explicó Miguel al juez del caso, uno de ellos la inmovilizó, sujetándola por los brazos y amenazándola con una navaja de mariposa, de color negro, que el menor había regalado a Miguel Carcaño tiempo atrás. También le colocaron un calcetín de la propia joven en la boca, para que dejara de gritar.Después de violarla, la pusieron de rodillas en el suelo y le ataron las muñecas a la espalda con cinta aislante. Carcaño asegura que el menor cogió entonces una alargadera enrollable que estaba debajo del ordenador y se la colocó a la menor al cuello, apretando hasta asfixiarla.

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